Bernex, pizza y bowling

Y si por suerte tuvimos una guía local, Christine que nos llevo a jugar al bowling.
Esta es la pasión de uno de mis compañeros de trabajo, Fer. Quien va todos los domingos con un amigo a practicar.

Christine nos cargo en su 206 y nos encaminamos los 5 a Bernex. Pueblito increíble a 15 minutos de Evian donde estabamos trabajando y viviendo. En este lugar podría vivir el final de mi vida, los Alpes como marco y la gente súper macanuda. Realmente una sensación de comunidad, todos muy buena onda. Pasamos por una pizzería muy loca atendida por sus dueñas, dos chicas increíbles, muy lindas y con una onda re europea. El lugar súper chiquito, muy de montaña, parecía una cervecería alemana o algo así. Tienen sesenta, si 60 gustos de pizzas. Christine había encargado 5, demasiado pero allá partimos a su casa a manducarnos las ricas pizzas. De verdad eran muy ricas, masa fina, casera y los rellenos muy buenos, con unos quesos deliciosos. Terminada la sesion de pizzas, partimos nuevamente en el auto rumbo al bowling. También en Bernex, les cuento que todo el mundo va allí, no hay muchos lugares para divertirse. Tienen un restaurante abajo y arriba las canchas de bowling. Allí conocimos a la prima de de Christine, Magali, quien también habla castellano, por suerte. Y Magali nos presenta a unos amigos suyos, Fany y su hijo Marvin, solo 2 años y medio, y Cedric. Muy pintón Cedric, solo hablaba francés al igual que Fany. Los seis ahora con Magali nos fuimos a jugar bowling y nos acompaño Marvin. Este nene es increíble, una energía total, y una sonrisa iluminada. Obvio nos pegamos los 2, y nos divertimos mucho. Cada vez que tiraba yo Marvin festejaba, y chocaba lo 5 si volteaba varios palos. Es un loquito lindo este Marvin, y sin duda me trajo suerte pues termine ganado la partida. Fue muy divertido, gente maravillosa y Marvin termino semidormido a upa mió. Feliz